domingo, 23 de diciembre de 2012

La estafa a los peajes con tarjetas falsas asciende a un millón de euros

El Cuerpo Nacional de Policía informó ayer de que la estafa con tarjetas falsas a las autopistas de peaje españolas de la que informó en noviembre Levante-EMV asciende a un millón de euros.
La organización contaba con una red de "comerciales" que ofrecían a camioneros tarjetas falsificadas en paquetes de cuatro unidades por 500 euros.

Un ingeniero barcelonés de 76 años, aprovechaba su formación para atacar el sistema de pago de las autopistas y confeccionar las tarjetas en un laboratorio instalado en su domicilio descubierto por los agentes de la policía nacio?nal. Elaboraban dos tipos de medios de pago fraudulentos, unos válidos sólo para peajes españoles y otros para ser utilizados en Francia, Alemania e Italia. En la opera?ción han sido detenidas 39 personas hasta el momento en Barcelona, Tarragona, Valencia y Sevilla.
Denuncia de las operadoras

La investigación se inició cuando los agentes tuvieron conocimiento a través de las empresas operadoras de tarjetas de peajes del frau?de. Así, se detectó la existencia de un grupo dedicado a la falsificación y distribución de tarjetas de crédito, que se usaban para efectuar pagos en peajes de autopistas españolas y de otros países europeos.

Asimismo, durante las investigaciones se pudo conocer la forma de distribución de las tarjetas. Tras una cita previa, los "comerciales" de la red concertaban encuentros con camioneros en zonas industriales o en áreas de descanso de autopistas de Barcelona. Allí se en?tregaban las tarjetas falsas, distri?buidas en paquetes de cuatro unidades valorados en 500 euros cada uno. Si el contacto entre ambas partes no se producía, el distri?buidor tenía igualmente habilitada una serie de escondites en los que dejaba el material para que fuera posteriormente recogido por el transportista.
Las tarjetas falsas tenían una validez de un mes y estaban numeradas del uno al cuatro para establecer el orden en el que debían de ser utilizadas. En el caso de que las tarjetas no funcionasen, incluso eran sustituidas por otras nuevas y además les reintegraban el dinero pagado en los peajes donde no habían servido. Como ya publicó es?te diario, la forma de ampliar clientela era el boca a boca entre los camioneros.

Pero el tráfico de tarjetas trascendía el de la propia organización, puesto que se detectó que algunos camioneros compraban más paque?tes para revenderlos.
En los registros realizados se intervinieron más de 2.500 tarjetas falsas, cerca de 30.000 euros, cinco lectores grabadores, tres lectores copiadores de bandas magnéticas, seis cajas de láminas de impresión para embozado de tarjetas, una guillotina, 22 cuadernos con recortes de numeración de tarjetas y varios ordenadores.

Copiaban los datos de los tiques de los clientes
El encargado de la fabricación de las tarjetas conseguía la numeración de las mismas de los tiques de pago generados por el uso de las tarjetas en gasolineras. Las estaciones de servicio depositaban los resguardos en bolsas para ser retirados por los servicios de limpieza, y los miembros de la organización controlaban los días y las horas de recogida de la basura para adelantarse a su retirada. Posteriormente, la información que obtenían de los justificantes era volcada en un programa informático que le proporcionaba al falsificador numeraciones válidas para elaborar las falsificaciones. En el registro de la vivienda del fabricante de las tarjetas se comprobó que ya disponía de información significativa referente a los nuevos sistemas de pago que se instalarán en los peajes . Así, el falsificador ya tenía la información suficiente como para poder burlar estos sistemas.

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