sábado, 20 de marzo de 2010

Entrar en el grupo supone ser apaleado

Entrar a formar parte del corralón es todo un reto para quien lo pretenda. Nadie se puede presentar y decir: «Quiero ser uno de los vuestros». Todo se hace a través de buenas «referencias». El interesado tiene que conocer a alguien que ya esté integrado en la banda y este presentarlo a "los del corral". Si el resto da el visto bueno, todavía le queda una prueba. Un grupo de seis o siete individuos le pegarán una buena paliza. Si la aguanta, entra. Si se asusta y echa a correr, lo perseguirán. De darle alcance, la paliza será todavía mayor.
La prueba final es "pegar su primer palo". Para ello, le acompañarán dos o tres individuos que le marcarán el objetivo. Suele ser un comercio de inmigrantes, habitualmente de nacionalidad china. El aspirante tiene que demostrar su valía entrando solo a robar. Los acompañantes le dicen que le esperan fuera, pero realmente le abandonan una vez entra en el establecimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario