
Las obras del edificio Bancaja empezaron en Marzo de 2007 y finalizaron en verano de 2008.
Hubo mucho revuelo ya que los 200 empleados que trabajan en la sede central de Bancaja deberían abandonar el edificio al hallarse amianto durante los trabajos de reforma del inmueble.
El material, utilizado en la década de los 90 como aislante anti incendios en la construcción y prohibido desde 2001 por su peligrosidad, fue descubierto al comenzar las obras de rehabilitación en dos de las plantas del edificio –tiene seis–, donde previamente se había trasladado a los trabajadores.
La entidad bancaria, tras confirmar que se trataba del mineral peligroso, selló las instalaciones, aunque el resto de empleados continuó trabajando de manera normal en el edificio puesto que, explicaron fuentes de la entidad bancaria, el material es nocivo sólo cuando es manipulado, al desprender un polvo que contiene fibras cancerígenas.
Las obras de rehabilitación tuvieron como objetivo modernizar la sede central de Bancaja, ubicada en un edificio histórico del centro de Valencia.
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